Elisa Teylor

Nombre: Elisa Teylor
Keko: Elisa Teylor
Conducta: Vanguardista
Naturaleza: Soñadora

Atributos; Sociales: Apariencia 4 Carisma 3 Manipulación 3 / Mentales: Percepción 2 Inteligencia 2 Astucia 4 (Cambio de Planes) / Fisico: Fuerza 2 Destreza 2 Resistencia 2

Habilidades: Alerta 2 Atletismo 1 Esquivar 1 Empatia 2 Expresión 2 Intriga 1 Intuicion 1 Subterfugio 2 Seducción 4 (Filtreadora) Etiqueta 3 Interpretación 2 Lapidaria 4 Meditación 2 Ciencia 2 Ocultismo 4 Informática 1

Méritos y Defectos: Lujuriosa [+2] Hemofílica [+3] Mal Sentido de la Hora [+1] Vestimenta Impractica [+1] / Magnetismo animal [-1] Perfecto Mentiroso [-3] Filtreadora [-2]


Esferas: Espiritu 2 Materia 2 Cardinal 2 Fuerzas 2 [-7PG]

Trasfondos: Recursos 3 Fama 3 (Más popular del colegio Y ADMIRADA) Fama 4 (Sociedad Garou, única Lapidaria) Nervios de Acero 2 (-2PG)

Fuerza de Voluntad: 7 (-2PG)

Tradición: Huérfana
Arete: 2 (-3PG)
Q.E: 5 (-3PG)

Pertenencias: Residencia en el colegio, caja con piedras, materiales químicos.

Historia:

Elisa Teylor nació en EE.UU., Nueva York. Fue producto del amor de una extrañísima pareja en el mundo sobrenatural, su madre era una Eterita y su padre un Verbena, polos completamente opuestos en cuando a los ideales básicos que tiene unas tradiciones de otras y de sí mismas. Ya dicen que, en ocasiones, los polos opuestos se atraen. Fue criada como una niña normal, nada de magia, juguetes encantados ni similares, eso sí, con apenas 12 años ya la llevaba su madre de compras tardes enteras unas tres veces a la semana. Los días restantes acompañaba a su padre a buscar unas piedras al río. Su padre la decía que las piedras la traerían suerte, que éstas tenían un poder beneficioso para mucha gente, sólo había que saber como encontrarlo. Apenas dos meses de cumplir los 12 años, se mudó a la Ciudad de Noshville, donde estudió en un colegio que más tarde seria su colegio-residencia, pero hasta que ese momento llegase, su popularidad entre los demás niños y niñas de todo el colegio subía como la espuma. Pronto llego la pubertad, las hormonas se dispararon y las faldas se encogieron, su padre no aprobaba la forma tan poco “común” que tenia su hija de vestir, pues apenas tenia 15 años. Su madre sin embargo, a pesar de no quitarle la razón a su padre delante de él, a escondidas la decía que si quería vestir así, que lo hiciera, pero con cuidado. Un buen día, Elisa llegó a casa después de la jornada de estudio, encontró una nota de despedida de sus padres, conmocionada por la noticia llamó a su madre al teléfono móvil para verificar que todo aquello era una broma de mal gusto, además la comento que se acercase a su ordenador e insertase en la disquetera el CD que tenia sobre su teclado, al momento el teléfono se cortó. Inserto el CD, lo reprodujo y descubrió un video con cosas y seres completamente paranormales, con los cascos puestos, un fuerte susto produjo que dejase de ser una Durmiente más, y despertase. La pantalla del ordenador se apagó, se resquebrajo, y el PC empezó a echar humo. Al instante sonó el teléfono fijo de casa, era mamá. Mantuvieron una conversación de 7 horas y 56 minutos. Elisa cambiaba su estado de animo de miedo, a terror, pasando por incomprensión, tristeza, y hasta odio porque la dejasen sola. Ellos seguirían pagándola el piso, mandando ahorros, pero ¿Por qué se iban? Nunca se lo dijeron. Prácticamente desde aquel momento, todos los días Elisa habla con su padre y su madre por teléfono. Su padre, al día siguiente, la comentó la posibilidad de tener una residencia en el colegio mayor, ya que pronto dejarían de pagar el piso, tenían ciertos problemas aparte de económicos; también la dijo que mirase debajo de la cama de sus padres, había una caja marrón, con muchas piedras, aparentemente normales, pero al fondo de la caja había un libro con anotaciones a puño y letra de su propio padre. Explicaba la magia de la Lapidaria, una táctica antigua de magos y Garous, que comúnmente era usada para esconder o imbuir espíritus en las piedras, piedras capaces de enseñar grandes Dones a ciertas criaturas, no obstante, su precio era alto para un novato de la Lapidaria, ya que encontrar o crear semejantes piedras es una ardua tarea. Apenas diez días después Elisa sugirió al director del colegio trasladarse a vivir al mismo, el cual accedió sin pega alguna. La instalaron en una habitación para dos personas, pero siempre estaba ella sola. Su popularidad seguía subiendo, sus notas eran buenas y su magia crecía al mismo tiempo que la misteriosa admiración de sus compañeros hacia ella. Ahora con 16 años, domina prácticamente a la perfección la Lapidaria, vende y en ocasiones regala piedras a sus clientes, que van a buscarla a la misma puerta de su habitación, y su magia es curiosamente interesante. Hace poco la notificaron que compartiría habitación con una chica extranjera…