— Amy — Felino —

Nombre: Amy
Keko: Amy
Conducta: Niño
Naturaleza: Niño
Concepto: Niño perdido
Pryo: Crepúsculo

Tribu: Pumonca
Raza: Felino

Atributos Sociales: Apariencia(5), Carisma(2), Manipulación(2, 5pg) [5+1]
Atributos Físicos: Fuerza(2), Destreza(2), Resistencia(2) [3]
Atributos Mentales: Inteligencia(2), Percepción(4),Astucia(4) [7]

Habilidades:
[Tal] Alerta(4), Atletismo(5), Esquivar(5), Pelea(1), Seducción(1),
[Tec] Supervivencia(2), Sigilo(4), Subterfugio(4)
[Con] Lingüística(2), Ocultismo(3) [38, 4pg]

Trasfondos: Jamak(1, mariposa) [1]

Dones:
[Gen] Escalador de árboles, Lamer heridas [7pg]
[Raz] Llanto del minino
[Tri] Sabiduría del Sátiro

Rango: 1 Tekhmet
Rabia: 3
Gnosis: 7 (2pg)
Fv: 5 (2pg)

Meritos: Corredor natural(1), Silencio(1) [2]

Defectos: Inculto(5), Obsesión(2, cosas brillantes) [7]

Pertenencias: Nada ò_ó

Historia: Hacía ya un par de años que no escuchaba las historias de mi madre. Historias llenas de “monos” con cuerdas y jaulas. Kuasha decía que no debía creerme todo lo que me contó. Él llamaba a esas grandes construcciones de piel, que un día estaban y se llenaban de ajetreo y al siguiente no dejaban el menor rastro, circos. También me dijo Kuasha que ella había tenido suerte de que aquel viajero se encaprichara de ella. Al parecer la vida en esos… circos no suele ser agradable y ahora ella gozaba de libertad. Y eso es lo que Kuasha me dio a mí también. Libertad para ir allá donde quisiera, para satisfacer mi curiosidad donde mis patas me guiasen siempre que no incumpliera unas pequeñas normas. Y eso hacía. Cuando fui plenamente consciente de mi condición, empecé a sentir curiosidad por esos “monos”. Los monos macho eran graciosos, parece que les gustan las cosas redondas y blanditas y las buscaban en las hembras. Y si no podían conseguirlo así, jugaban con pelotas. Les comprendo, a mí también me gustan las pelotas: puedes pasarte horas detrás de ellas y si las tocas siguen teniendo energía para escaparse. Las hembras en cambio parecen muy raras usando esos protectores en los pies tan estrechos. Deben tener una gran destreza para no partirse una pata con ellos. No se porque se complican tanto. También aprendí a hacer lo que los monos llaman música. Gracias al truco que aprendí de Kuasha puedo usar cualquiera de las herramientas de música de mono. Durante el año que pasé con Kuasha, también aprendí Kheuar, inglés (la lengua de los monos) y lupino, dijo que me sería útil si alguna vez me cruzaba con alguno de “los nuestros”. La última vez que nos vimos fue hace cinco minutos cuando nos separamos en esa carretera y ya le echo de menos… Pero me ha dicho que aquí tenéis muchos secretos que descubrir… Así que, ¡me pondré a ello!


Homínido




Sokto