William Burke

Nombre del personaje: William Burke
Keko: William-Burke
Naturaleza: Superviviente
Conducta: Rebelde
Atributos:
Físicos (secundarios)Fuerza:3 Destreza:2 Resistencia:3
Mentales(Terciarios):Inteligencia:2 Percepcion:2 Astucia:2
Sociales(Primarios):Apariencia:3 Manipulación:3 Carisma:4
Habilidades:
Talentos: Alerta 3 Atletismo 3 callejeo 3 intimidación 3 Pelea 3 Empatía: 3 Subterfugio: 3
Tecnicas: Armas C.C:3 Armas de fuego: 2 Conducir:2 Demoliciones:1 Tecnologia:1
Conocimientos: Ocultismo:3 Investigación:2
Meritos y defectos:
Perseguido(+4) Sabbat Voluntad de hierro (-3) Conductor nato (-1)
Trasfondos:
Nervios de acero:5
Prestigio:2
Generación:3
Recursos:2 (2pg)
Disciplinas:
Potencia:4
Presencia:3 (7pg)
Secta: Camarilla
PS:13
Generación:10
Edad: Aparente/25 Real/400 y algo
Clan: Brujah
Fv:7(6pg)
Pertenencias: Piso franco proporcionado por la camarilla, ropa ,bate de baseball de aluminio
moto chopper, cartera, dinero, etc etc...
Historia:
William nació en una colonia criolla en el siglo XVI. Se dedicaba a ayudar en la taberna a su padre.
El y su padre tenían una taberna en una ciudad portuaria en Mexico.
Pasados los años su padre murió y el quedo a cargo de la taberna.
Recibía visitas de todas partes de la península ibérica pero quedo impresionado por una dama llamada Isabella. Era realmente hermosa y delicada de suaves curvas y una palidez que le confería un aspecto noble. Al parecer estaba de pasada con un tío suyo.
Pero se interesó por mí y pasó toda la noche sin dormir hablando conmigo.
Cuando amaneció le ofrecí a enseñarle la ciudad pero ella rehusó alegando que estaba demasiado cansada pues no había dormido nada en toda la noche. Me mostre de acuerdo, de hecho me habia sorprendido que una dama de su aspecto hubiese aguantado en pie toda la noche sin dar signos de flaqueza o cansancio.
Di una vuelta por la ciudad esperando que se quedase tambien esta noche.
Esa noche cumplía 28 años, ya era hora de buscar una mujer, así que me propuse cortejar a aquella bella dama que me fascinaba con su mirada.
La vi allí en el salón, como si estuviese esperando a que pasase alguien en concreto pero pasaban las horas, y nadie pasaba y ella seguia allí.
Cuando llego la hora de cerrar me acerqué a su mesa y hablé con ella.
Me miro y me dirigió media sonrisa que me hipnotizo dejando entrever uno de sus largos blancos y afilados dientes.
No tardó ni 20 minutos en darme su beso, quedé aturdido desangrandome por la yugular mientras la bella mujer me sujetaba como si fuese simplemente un recipiente, un papel del que fuese a desacerse cuando acabase.
Aunque en ese mismo momento la puerta de la taberna se abrió repentinamente.
-Isabella Van Hermich ha sido usted condenada a muerte por caza de sangre por el principe de santiago por los siguientes delitos: Traición, Homicidio contra miembros de la camarilla…
La mujer me soltó. Parecía echa una fiera, toda su belleza había sido sustituida de repente por una rabia y una actitud homicida impresionante, se lanzó contra el hombre que la juzgaba y yo perdí el conocimiento.
Desperté a la luz de un sótano cerrado, que ironico no. Nunca llegué a averiguar del todo lo que veia, me sentia demasiado confuso.
Me explicaron lo que había pasado.
Al parecer había sobrevivido a la herida que me provoco aquella bella mujer pero me daban dos alternativas.
Una muerte rapida.
O una vida de maldición inmortal.
¿Y a quien le gusta morir de viejo?

Han pasado ya casi cuatrocientos años de aquello, vaya será que me estoy haciendo viejo.
Aquel tipo que vino a salvarme, resultó ser un caballero brujah, la última vez que le vi en un bunker en alemania me dijo que las guerras ya no eran como antes y al parecer tenía razon.
Ahora soy lo que popularmente llaman un azote, me gusta hacer explotar cosas y sobre todo si tienen que ver con el sabbat, al fin y al cabo, ¿para eso me pagan no?
Hace un par de semanas me cambiaron de destino, al parecer unos hijos de puta buscan mi cabeza después de, llamemoslo hacer un interrogatorio exhaustivo a uno de sus esclavos de sangre, o ghouls como prefirais llamarlo.
Desde luego cuando acabe de arrancarle la cabellera a ese hijo de puta su sire no debió estar muy contento.
O al menos no mucho como para perseguirme en un helicóptero de la policía como si fuese un criminal, malditos sabbat, se estan metiendo en todas partes.
Lo que ellos no sabían es que me encanta derribar helicópteros… a pedradas.
Después de ocuparme de esos dos tipos me cambiaron de destino aquí, a noshville al parecer hay un par de culos que patear.