Nombre: Nadia Nicanor
Keko: Nadia
Conducta: Penitente
Naturaleza: Penitente / Perfeccionista
Concepto: Estudiante de economía
Atributos Sociales: Apariencia(3), Carisma(2), Manipulación(2)
[3+5pg]Atributos Físicos: Fuerza(2), Destreza(4 Reflejos felinos), Resistencia(4)
[7]Atributos Mentales: Inteligencia(2), Percepción(3), Astucia(3)
[5]Habilidades:[Tal] Alerta(4), Atletismo(4, Kendo), Empatía(3), Esquivar(4, Apartarse), intimidación(2), Pelea(1), Intuición(2)
[22][Tec] Armas C/C (4, Shinai o Bokken), Etiqueta(1), Sigilo(3)
[9][Con] Finanzas(1), Informática(2), Medicina(1)
[4]Meritos: Código de Honor(1), Naturaleza dual(2), Buen escucha(1), Buena Coordinación(2), Inocente(2), Bendición de Cupido(1), Elegante(2), Elástico(1)
[12]Defectos: Compasión(1), Ingenuo(1), Mentiroso patético(3), Baja tolerancia al Dolor(2), Baja tolerancia al Alcohol(1)
[7] (en realidad 8, pero sólo cuentan 7…)Trasfondos: Aliados(1), Arsenal(1), Certificación(1, para cuidar niños), Mentor(1), Nervios de acero(1), Recursos(3)
[8]Fv: 4
(3pg)Pertenencias: Pertenencias normales y equipo para la práctica de Kendo
Historia: Nadia nació hace diecinueve años en una casa acogedora dentro de la clase media/baja. Nunca le faltó de nada ahí pero tampoco le podían permitir todos los caprichos normales en los niños. Cuatro años después de que ella naciera, sus padres hicieron un viaje a Egipto. La madre de Nadia amaba ese país y su cultura milenaria y llevaban más de diez años ahorrando para poder visitarlo. Como es normal, dejaron a la niña a cargo de unos amigos, sólo sería una semana. Pero no fue una semana. Un grupo terrorista secuestró al azar a esa pareja estadounidense, cuando descuidadamente se subieron a ese taxi, para intentar hacerse oír. Desafortunadamente, uno de sus captores era un integrante extremadamente radical que los asesinó antes de que pudieran utilizarlos. Con a penas cuatro años, Nadia fue enviada a un orfanato. La mayoría de los niños que había ahí eran peor que las fieras. Pequeños que jamás habían tenido un hogar o alguien que se preocupase por ellos. Nadia consiguió pasar desapercibida a los ojos de la mayoría de los niños mientras se refugiaba en si misma y la idea de que eso acabaría tarde o temprano. Con el tiempo se dio cuenta de que no todos los niños eran así, había algunos a los que incluso parecía importarles aprender, estudiar y que se preocupaban por sus hermanos o los amigos que habían hecho ahí. Acabó haciendo un pequeño círculo de amistades que tampoco le duró demasiado. Con ocho años fue adoptada por un mediano comerciante de algún lugar llamado Noshville. Su nueva familia no era exactamente como recordaba que fuera una familia. Su padre a penas estaba en casa y su madre parecía que tuviera un teléfono pegado a la cara como si fuese una parte más de su cuerpo, pero Nadia sabía que ambos la apreciaban como si hubiese nacido en esa familia. Su padre, al enterarse de lo que le costaba hacer nuevas amistades, decidió apuntarla a un club en el colegio, el de Kendo. El hombre pretendía que conociera más gente con la que compartiera alguna afición y de paso que se fortaleciera algo el carácter de su hija. Lo único que el club consiguió fue obsesionar a la pequeña Nadia con la perfección con todas sus consecuencias. Se pasaba las horas que no invertía en los estudios o dormir practicando sus golpes, ordenando la casa y disculpándose por cualquier error que cometía por mínimo que fuera. Con los años fue haciéndose más rígida consigo misma para intentar esconder todos los defectos de sí que tan bien conocía. No soportaba la idea de herir a alguien ni creía que nadie fuera a hacérselo a ella. Las malas intenciones no tenían lugar en su cabeza, así que en las de los demás, tampoco debían estar. Ahora, a sus diecinueve años, Nadia está cursando el segundo curso de economía en la universidad. No es que a ella le interese mucho la economía pero a su padre le hacía ilusión y a ella no le importa con tal de hacerle feliz.
Con cariñito para Seto-kun y mini-maxi (contradicciones powa xD) 
Miér Jul 16, 2008 9:52 pm