Ciudad Noshville
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Ciudad Noshville

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 JUCTIS/El vitae...

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Adrian74




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Localización : Tenerife
Fecha de inscripción : 16/06/2008

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MensajeTema: JUCTIS/El vitae...   JUCTIS/El vitae... Icon_minitimeVie Jul 04, 2008 12:14 pm

Nombre: Juctis

Keko: Adrian74 / Juctis

Naturaleza: Competidor

Conducta: Competidor

Concepto: Médico

Clan: Sin clan (Caitiff)

Secta: ¿Camarilla?

Generación: 8

Edad: 17 / 317

Puntos de sangre: 15

Disciplinas: [Taumaturgia(Rego Vitae 5)] [Celeridad 3(14pg)]


-------------------ATRIBUTOS--------------


Físicos: Fuerza 3, Destreza 4 (Reflejos Felinos) Resistencia 3

Sociales: Apariencia 2, Carisma 1, Manipulación 3

Mentales: Inteligencia 2, Percepción 2, Astucia 4 (Anticipado)


---------------HABILIDADES--------------


Talentos: Conciencia 4 (Lectura de auras)Pelea 4, Atletismo 4, Esquivar 4, Alerta 4

Técnicas: Armas C.C. 4 Supervivencia 1

Conocimientos: Ocultismo 4 (Criaturas sobrenaturales(Garou))Medicina 4


---------------MERITOS Y DEFECTOS--------------


Meritos: ---

Defectos: Amnesia (2) Mordisco infeccioso (2) Confusión (3)

FV:9


Trasfondos: Generación (5) Recursos (1) Arsenal (1) Ritual 3 (Cambio invisible)


Pertenencias: Algunas armas de filo, una jarra de plata grande,pequeño material médico, y todo lo que un recursos 1 pueda tener. Pequeño piso abandonado y ruinoso.
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Adrian74




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MensajeTema: Re: JUCTIS/El vitae...   JUCTIS/El vitae... Icon_minitimeLun Jul 07, 2008 11:43 am

------------HISTORIA---------------


No me acuerdo de nada… Mi vida es un misterio, es de esas cosas que se esfuman en tu memoria sin posibilidad de recuerdo. No pedí que me pasara esto, no pedí que me ocurriera, pero ocurrió. No recuerdo el sol, nada de mi vida, solo recuerdo que llevo más de un siglo vagando por las calles de la ciudad y de día durmiendo en mi cutre-sotano. Los humanos no saben la suerte que tienen, cuando los veo quejarse en mis consultas nocturnas, de sus problemas, me da envidia. “Me duele el estomago” Pues… ojalá a mi me doliera por comer o algo… No saben la suerte que tienen, el vivir, el poder ver el sol y el ser libre… Si algo odio en esta vida fue el desgraciado que me metió en este lío, no me quejo de que ahora tenga ciertas habilidades incluso mejor que las de otros vástagos, confío en mi mismo y de hecho es en lo único que puedo confiar. Estoy destinado… a ser un Caitiff, la escoria más baja de la sociedad vampírica, de la camarilla, soy carne de cañón… No tengo ni un solo aliado salvo mi sangre y su poder de vinculación, los Garous ahora me atacarán solo por este error, porque ahora porto “wyrm”. Es un asco ganarte tantos enemigos, y perder aliados, y encima tener que estar oyendo quejas de pacientes humanos…¡No sabes la fortuna y las cosas que tienes hasta que no las echas en cara…!.

En estos momentos no sé que hacer, estoy confuso, los perritos irán a por mi, los otros de la camarilla me querrán para trabajos sucios… No sé que sería peor, si acabar hecho cenizas intentando pedir piedad y comprensión a perritos, o acabar hecho cenizas en un ataque contra el sabbat. Si algo es verdad es que solo gano enemigos, preferiría ser un humano del montón… pufs.. pero nada.

¿Por qué tuvo que pasarme esto a mi? No lo sé, me vengaría de quien me hizo esto si me acordara de quien fue… Mis conocimientos de medicina me provocan tristeza y melancolía a veces por lo que fui y ahora soy. Tengo la maldición, condenado a una oscuridad, pero encima no gozo de los privilegios que gozan otros, yo soy y seré siempre el mismo… Mi supervivencia es mi fuerte. Pero tengo un plan, la única manera de tener aliados es usando mi sangre… mi sangre es mi única aliada… así que no esperaré más, no pienso soportar esta soledad.

Aunque estoy confuso sobre que hacer, cómo y dónde vagar… si algo tengo claro es que debo salvarme, así que no hay cabida para confusiones si mi “vida” corre peligro.
Ahora tengo un plan, iré a Noshville, bonita ciudad… ni me presentaré a nadie y intentaré hacer como siempre, pasar desapercibido y ejecutar mi plan maestro. Quizás pueda utilizar el conocimiento de un antiguo ritual que tengo para protegerme.

De las pocas cosas que recuerdo y he aprendido, es un ritual bastante útil, lo uso como método defensivo. Aún recuerdo cuando lo usé como método ofensivo… yo estaba confuso…

- Venga Juctis ¡Idiota! ¡Van a venir pronto!-
-¿Por qué hago esto…?-
-¿Por salvar tu miserable culo?-

Fue entonces cuando vi como se acercaban, no quería hacerlo, pero estaba con Clasiro, él mandaba en esa ciudad, y si no lo hacía, proclamaría caza de sangre, es lo malo de estar sujeto a tanta orden… Dos lupinos salían del bosque para atacar a Clasiro y sus dos amiguitos primogenitos. Y ahí estaba yo, delante de ellos 3 ante los 2 lupinos que venían y sin ganas de tener que hacerlo. Estaba confuso…
-¡Venga Juctis!-
-No tardes basura-
-Si…si..-
Saqué la gran jarra plateada, y con mi velocidad pronto hice un círculo de 25 metros de diámetro marcado por una finisima línea de sangre, era la defensa.
Los pobres lupinos se lanzaron a por mi, y pasaron el circulo, automáticamente pasaron a forma lupus y Clasiro y los suyos no tardaron en acabar clavandole todas las armas que llevaban.
-Ya era hora imbecil-
-¡Jajaja! ¡Esa no se la esperaban!-
Clasiro me miró.
-Bueno, mira que pensé que tardarias Juctis-
Me quedé quieto mirándolos, estaba desconsolado, el estupido de Clasiro era muy débil, yo podría cargarmelo de un golpe, pero claro, él mandaba, estaba claro que los lupinos en su forma de batalla lo hubieran descuartizado… así que… murieron por mi culpa… Clasiro se estaba yendo con sus dos amiguitos.
-Oye… ¿y mi recompensa?...-
-Jajaja ¿Habeís oído chicos?, Juuuuuctis quiere una recompensa….-
Tras eso, solo oía risas mientras se alejaban, y al final uno de ellos gritó: “Tú recompensa es tener tu culo a salvo”

Ahí fue cuando me di cuenta, de que de nada me servía asociarme a la camarilla ni al sabbat, porque aunque fuera mejor que otros, siempre iba a estar destinado a estar por debajo, y a la mínima que hiciera un paso en falso, se me irían a lanzar muchos encima…

En mi historia he tenido muchas situaciones confusas, he errado, y es por culpa de esta maldición, esta confusión, yo soy el que debe elegir, pero elegir no es fácil, puedo cambiar el transcurso pero nunca para mi beneficio…

Una noche fui al bosque cercano a aquella ciudad, intenté saber como lograr el perdón de la maldición, así que intenté quedar con Luna Negra, era de los pacifistas garous, los más tolerantes, los de la tribu “hijos de gaia” sólo con alguien así yo podría hablar… y intentar almenos tener algún aliado asegurado. Me adentré en el oscuro bosque y allí estaba ella, sentada sobre un tronco,solo vestía con una especie de manta blanca y miraba a la estrellas.
-Hola…-
Ella se limitó a mirarme durante un momento para luego responder
-Es bonita la noche, pero la noche eterna es sin duda un horror…-
-La… la verdad es que si…-
Como mi destino es vérmelas siempre en apuros o en situaciones confusas, así tuvo que ocurrir. Al parecer el estúpido de Clasiro me había seguido, y venía con Jubasa, un Assamita que siempre le hacía de guardaespaldas total.
-¡Eh! ¡Vaya vaya vaya! Siempre que se sigue a Juctis se encuentra porquería que descuartizar….-
-¡Hmpf! ¿M encargo de la perrita?-
-Aún no Jubasa, déjasela a Juctis…él se divertirá más…-
Clasiro sacó una espada y me la lanzó a los pies, luego se quedó mirando como esperando que la cogiese y me cargase a Luna. Esa era otra de mis situaciones de confusiones, o seguir obedeciendo y cayendo en lo bajo, o intentar cambiar mi destino y buscar un aliado algo… raro.
-¿A qué esperas? No tardes Juctis, no tengo mucha paciencia para esperar tu lentitud…-
-Lentitud… ¿eh?-
Tras eso me quedé mirando a Clasiro, y antes de que el o Jubasa se dieran cuenta, la sangre de Clasiro estaba en el suelo. Clasiro calló hacia delante, de bocas, hacia la espada que el mismo me lanzó, cogí la espada y le liberé, sus cenizas se esparcieron por el lugar. Jubasa se quedó mirándome como si fuera un gilipolla confuso o simplemente un desequilibrado…
-Has matado… al Señor Clasiro… ¿Tú estás loco? no sabes la que te va a caer, empezando por mi-
Jubasa desenfundó su arma, pero antes de que pudiera hacer nada, me acerqué rápidamente y con un leve roce, le hice retorcerse de dolor en el suelo, acabé…. también liberándolo.
Tras eso, me puse de rodillas sobre el charco de sangre de Clasiro, me sentía confuso, todas mis ideas y mis esperanzas estaban frustradas y no sabía que hacer. Me había librado del peso de Clariso, pero sabía que tenía que irme rápido de allí, alejarme de allí lo antes posible.

Me quedé pensativo mirando al suelo, a la sangre de Clariso, oí unos pasos descalzos en la hierba, y la mano de luna desde atrás acarició mi rostro.
-Realmente, tú no querías ser así… has tenido mala suerte de ser maldecido…-
-Que... que voy a hacer ahora…-
- Podrías renegar del wyrm, aunque esté en ti, puedes dejar de asociarte con él… y buscar el perdón de Gaia… y de sus seres…-
-Es fácil decirlo… pero no estoy ahora para ideas… precisamente…-
-Yo tengo una idea que quizá funcione, pero puede quitarte tu orgullo, honor o reputación-
-Soy distinto al resto, soy un sin clan… no tengo orgullo que defender, ni reputación… qué más me da, solo me importa creer en mi y mis capacidades…-
-Bien por ti… Verás, desde los comienzos, mi tribu no es de las que atacan o matan porque sí, salvo en amenazas eminentes… y nunca nos codeamos con los ya muertos…-
-Jum?-
-No solemos marcar a las víctimas, se me ha ocurrido, que si quieres te marco el símbolo de mi tribu… como no solemos marcarlo porque si, se notará que fue porque te dejaste…-
-Lo cual para otros vástagos… sería ser aún más desdichado… una escoria…-
-¿Sabes? Los de otras tribus, normalmente desgarran o marcan su símbolo, para mostrar quien manda, o para que no olvides una derrota, el símbolo de nuestra tribu simboliza más bien la paz…-
-Entiendo, Luna…-
Me quedé mirando al charco, podía ver como mi destino se dividía, debía salir de allí rápido, no había testigos de lo sucedido, ni posiblemente se notase la pérdida, bueno, si un poco…Agarré la espada ensangrentada del charco, que Clariso me había lanzado, aunque estaba confuso, pensaba llevármela.
Alcé la espada delante de mi cara.
-Úsala…-
-No seas bobo, yo ya sé marcar sin ninguna espadita…-
-bah…-
Lancé la espada a un lado de la maleza y me puse en pie, mirando a Luna.
-Estoy dispuesto…-

Desde aquella noche, guardo bien oculta la marca, pues obviamente no podía irme aún, si desaparecía el príncipe y luego yo sería sospechoso, aunque seguro que nadie hubiera notado que faltaba yo, pero por si acaso.

Estuve varios meses al servicio de la primogenitura, la mayoría, misiones de espionaje suicida al sabbat.

Entré en aquel club nocturno donde se reunían, estaba lleno de muchos vástagos y se podía intentar desapercibido allí. Yo tenía órdenes, órdenes que como siempre resultaban bastante difícil, pero nada le costaba a la primogenitura arriesgar mi pellejo. En aquel club tuve que pasar desapercibido y intentar encontrar información sobre el infiltrado en la camarilla. Se decía por aquel entonces que había un infiltrado en la camarilla esperando la menor oportunidad para atacar por detrás al que sería el nuevo príncipe. En aquel tugurio encontrar información era arriesgarse, y intentar oír aún más, vi como unos tipos se metieron tras unas cortinas que llevaban a el sótano, allí estaban ellos dos hablando.
-Vaya, ¿Al final lo conseguiste?-
-Si, tras tanto tiempo ya el plan está casi finalizado-
Parece que acababa de encontrar al infiltrado y posible asesino. Pero como las cosas nunca me pueden ir bien, otros dos tipos que vinieron detrás me vieron, estaba acorralado.
-¡Eh! No eres de por aquí, ¿Quién eres?-
-Esa no debería ser la pregunta, ¿de quién recibes órdenes?-
Me quedé mirándolos, esas situaciones de no saber que hacer eran un asco.
-Este no es de aquí, seguramente sea un enviado de la camarilla-
-Que intrépido mal aventurado jajaja-
Fue entonces cuando saqué la espada, no estaba loco, ni yo podía con cuatro, así que idee una táctica de distracción, fui directamente a atacar al que sería el asesino, pero antes de clavarle la espada la detuve, todos se quedaron mirando confusos preguntándose porque no se la clavé. y fue entonces cuando a toda velocidad salí de allí corriendo empujando a aquellos dos. No obstante, el que sería el asesino y su otro compinche salieron del edificio a por mi. Empecé a correr hacia la playa, y cuando llegué a la arena, un montón de oscuridad nos envolvió, no veía nada, así que la única forma era seguir corriendo hasta salir. Acabe saliendo de esa esfera de oscuridad, el asesino era lasombra, vaya, porque eran bastante hábiles.

Cuando me giré él me estaba persiguiendo, di unos pasos atrás mientras sacaba mi espada larga que tantos momentos confusos había solventado.
-¡Es la espada de Clariso!-
Parece que el tipo reconoció la espada. Mientras yo retrocedía unos tentáculos salieron del suelo y me envolvieron, acto seguido empuñando una daga el asesino echó a correr hacia mi. No tenía muchas opciones, así que usé mi velocidad para dejarle desangrado, poco tardó en caer al suelo, delante de su sangre. Los tentáculos se desvanecieron. Me acerqué al cuerpo y lo liberé… era raro, pero todo era así… una mierda, destinado a hacer de mercenario sin ninguna recompensa o reconocimiento. Salí de allí rápido y cuando volví conté todo.
Lo único que me dijeron fue.
-Bien, en reconocimiento a tu labor, serás enviado a rescatar a Gurón, lo cogieron los perros del sabbat para que revele secretos tácticos, solo tú puedes rescatarle-
-Esa.. es mi recompensa?... ¿¡Mandarme a otra misión suicida?!-
Uno de los guardias alzó su espada señalándome con ella, pero el otro le bajó el arma.
-Andando Juctis, y por cierto, Gurón es débil, y siempre lo cogen, así que cuando llegues hasta él… mátalo…-
No podía creer a donde llegaba el desmadre y la desorganización en esa ciudad, pero yo ya estaba envuelto otra vez en un lío.
A veces podría decir que mi clan es el Assamita, o almenos podría aparentarlo fácilmente.
Claro, que, bajo cierta vigilancia Gurón estaba encerrado en la prisión de la ciudad, todos sabemos que varios sabbat estaban allí. Se las habían apañado para meter entre rejas a Gurón al cual sobornaban y hacían cantar, ciertamente Gurón era débil, pero el no merecía morir…

Como las misiones a las que yo iba, no contaba ni siquiera con más carne de cañón, y tenía que ingeniármelas solo, pues tuve que idear un plan de infiltración, esto es una birria, era mejor largarme y pelear contra la camarilla y morir en el intento, que morir en estas situaciones suicidas…

La única ayuda que me aportó la camarilla fue la facilitación de un traje de poli, y una identificación para colarme como un novato, los del Sabbat ni se lo olieron. Cuando pasé, el guardia no me dijo nada y me colé en la sala de celdas, no sabía que cual estaría Gurón así que me pegué bastante tiempo mirándolas. Obviamente, al sabbat no le convenía matar a Gurón, así que no lo pondrían en las celdas normales, sino en el calabozo donde no se colaba ni un rayo de luz… Bajé las escaleras que accedían al calabozo y allí había un guardia, era un cainita, seguramente del sabbat.
-¡Eh, el novato! En esta área solo tengo permiso para estar yo, sube arriba-
Sin más dilación me acerqué a él rozándole, y como siempre que hago esto, él cayó retorciéndose al suelo mientras mi espada se hundió profundamente en su cabeza…Cogí las llaves que portaba y abrí la celda de Gurón, éste enseguida me reconoció.
-¡Juctis! ¿¡Eres tú?! ¡Menos mal!-
Me quedé mirándolo aún con la espada en mi mano.
-¿Qué pasa Juctis?...-
A partir de ahí ya se puede imaginar que acto tuve que cometer, y del cual aún me arrepiento.

Decidí que no podía seguir de ese modo, preferiría cambiar aunque supusiera nuevos retos, total, peores que estos no muchos

Así que cuando pude me marché a otra ciudad, Noshville, allí encontré rápido un hospital donde trabajar en los turnos nocturnos… y poder cogerme un piso abandonado y ruinoso cerca.

Espero que algo guíe mis pasos, y si no, que no me falle mi sentido...
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